En muchas ocasiones pacientes, amigos, conocidos… me preguntan muy preocupados si las manchas que les han salido en la piel o si sus uñas engrosadas y con cambios de color pueden ser hongos y qué pueden hacer. La verdad es que, ni todas las manchas blancas que aparecen en la piel, ni todas las alteraciones en las uñas, son infecciones por hongos, hay muchos tipos, pero las infecciones fúngicas son muy frecuentes en la población y es importante consultar a un dermatólogo para que se diagnostiquen y traten de forma adecuada.

Los hongos pueden producir diversos tipos de infecciones y lesiones en la piel. ¿Por qué no recordarlas y explicar cuáles son y cómo podemos reconocerlas?

En primer lugar, es importante recordar que, aunque pueden darse en tejidos profundos, en la mayoría de los casos los hongos limitan su “colonización” a las capas más superficiales de la piel y producen infecciones superficiales. Es precisamente en estas en las que nos vamos a centrar. Además, conviene resaltar que pueden afectar a la piel, pero también pueden observarse en cabello, uñas o mucosas. Por otro lado, existen diferentes tipos de hongos causantes de estas infecciones. Los más frecuentes se denominan levaduras (dentro de este grupo están, por ejemplo, las conocidas “Candidas”) y dermatofitos (producen las tiñas cutáneas).

Nuestro objetivo en este artículo va a ser intentar resumir y explicar los diferentes tipos de infecciones que los hongos pueden producir en piel, uñas, pelo y mucosas; cómo son las lesiones y molestias que producen, cuándo debemos buscar ayuda y los diferentes tratamientos que existen.

¿Cuáles son los tipos de hongos más comunes?

Los hongos son microorganismos que pueden producir micosis o infecciones. Existen múltiples especies de hongos. Las infecciones fúngicas superficiales cutáneas más frecuentes están provocadas por levaduras, como la “Candida” o por dermatofitos.

Tipos de hongos en la piel

La Candida, y en concreto la especie Candida albicans, que es la más frecuente, es un patógeno oportunista, que forma parte de la flora normal pero que en ciertas condiciones puede comportarse como patógeno. Esto puede favorecerse por factores locales (calor local, humedad o maceración), por ciertas enfermedades como la diabetes o la obesidad o algunos fármacos como antibióticos o corticoides.

Los dermatofitos tienen 3 géneros principales: Trichophyton, Epidermophyton y Microsporum. Trichophyton rubrum y Trichophyton mentagrophytes son los más frecuentes. La transmisión se produce sobre todo por contacto directo con otras personas o animales infectados.

¿Qué tipo de lesiones pueden producir los hongos en la piel?

Existe una gran variabilidad de lesiones, según el hongo que la provoque y la localización de la infección. Así, podemos hablar de ¨onicomicosis¨ cuando se afectan las uñas, de “dermatofitosis o tiñas” cuando las infecciones están producidas por dermatofitos en tejidos queratinizados (piel, pelo y uñas), de “candidiasis” cuando se afectan sobre todo mucosas o de “pitiriasis versicolor” ante un cuadro concreto de manchas de predominio en tronco.

Vamos a intentar explicar brevemente cada una:

1. Dermatofitosis (tiñas). Como su propio nombre indica, se trata de infecciones producidas por hongos dermatofitos. Se clasifican según la localización o zona corporal afectada:

  • Tiña pedis: Es el conocido “pie de atleta”. Las lesiones aparecen entre los dedos de los pies en forma de enrojecimiento, maceración y picor. A veces aparecen zonas de piel eccematosa o seca. Puede extenderse a la planta del pie. Es frecuente en deportistas.
  • Tiña corporis: Se suelen reconocer por su presentación típica en parches redondeados anulares con un borde periférico rojo, con escamas o pústulas y una zona central que aparece curada. Pueden ser únicas o múltiples y aparecer en cualquier localización.
  • Tiña cruris: Es la afectación de la zona inguinal, más frecuente en varones ya que se ve favorecida por la maceración, el calor local y la sudoración. Comienza en la ingle y se puede extender hacia el muslo.
  • Tiña de la barba: Aparición de lesiones en la zona pilosa de la barba. Suelen ser bastante inflamatorias, con aparición de pústulas y abscesos.
  • Tiña capitis: Se trata de la afectación del pelo del cuero cabelludo. Es más frecuente en niños y rara en adultos. Hay formas denominadas “no inflamatorias” donde aparecen parches alopécicos y formas “inflamatorias” más graves donde aparece una reacción pustulosa grave con placas inflamadas y purulentas (Querion de Celso)
  • Onicomicosis: Es la infección de la uña por dermatofitos. Se manifiesta por un engrosamiento de la uña y una coloración blanco-amarillenta.

2. Candidiasis. En la mayoría de los casos están producidas por la especie Candida albicans. Aunque sus manifestaciones también son múltiples, suele afectar a mucosas (boca y genitales) y zonas intertriginosas (pliegues).

  • Candidiasis oral: Recibe el nombre clásico de Muguet. Se observa un exudado blanquecino adherente que afecta predominantemente a la lengua. A veces se acompaña de afectación de las comisuras labiales que aparecen rojas, maceradas y con una fisura central (“boqueras” o queilitis angular).
  • Intertrigo candidiásico: En la piel es característica la afectación de los pliegues (submamarios, inguinales, axilares o infraabdominales). Suele observarse un enrojecimiento del pliegue con fisuración del mismo y lesiones satélites eritematosas periféricas.
  • Vulvovaginitis candidiásica: La afectación vulvar y vaginal es bastante frecuente en mujeres. Se caracteriza por picor, escozor, inflamación, enrojecimiento vulvar y la aparición de un flujo blanquecino grumoso y adherente.
  • Balanitis candidiásica: En el hombre la afectación genital suele producir un enrojecimiento del prepucio y del glande, picor y aparición de lesiones puntiformes blanquecinas.

3. Pitiriasis versicolor: La pitiriasis versicolor, antiguamente llamada tiña versicolor, es producida por un hongo dimórfico llamado Malassezia, y en nuestro entorno, en la mayoría de los casos por la especie Malassezia globosa. Suele afectar a adolescentes y adultos jóvenes. En la mayoría de los casos es una infección asintomática y los pacientes no notan nada (ni pica ni duele). Se observan múltiples manchas de diferentes colores (despigmentadas blanquecinas, marronáceas o rosadas) en la piel del tronco y raíz de miembros superiores. Por este motivo recibe el nombre de “versicolor”. Suelen tener descamación superficial. Responde bien a los diferentes tratamientos, aunque es una entidad que puede volver a aparecer con relativa frecuencia.

¿Cómo se diagnostican?

El diagnóstico de presunción de las micosis se basa, en primer lugar, en la inspección de las lesiones. La confirmación requiere la realización de un estudio microbiológico que permita determinar de qué hongo se trata. Para ello es habitual la toma de una muestra (escama cutánea, pelo o exudado) para realizar un examen directo con el microscopio o un cultivo microbiológico. Esto es importante para diferenciar las infecciones fúngicas de otras enfermedades cutáneas que podrían asemejarse.

Tratamiento de los hongos más frecuentes en la piel

El tratamiento se basa en el uso de fármacos antifúngicos. El tipo de medicamento y su pauta (tópico en crema o vía oral) variará según el tipo de infección y su gravedad. Los antifúngicos tópicos constituyen el tratamiento de elección para muchos pacientes con infecciones dermatofíticas localizadas y sin complicaciones, como la tiña corporal, la inguinal o el pie de atleta. El tratamiento antifúngico sistémico suele ser necesario en casos de tiña capitis u onicomicosis.

¿Cómo prevenir la aparición de hongos en la piel?

Existen algunos factores que pueden favorecer la aparición de hongos como una higiene incorrecta, la humedad, el calor, la sudoración excesiva, el uso de algunos fármacos como antibióticos o corticoides sistémicos o algunas enfermedades como la diabetes. Es importante intentar controlar estos factores para prevenir la infección por hongos en la piel.

Bibliografía
  • Elewski BE, Hughey LC, Marchiony Hunt K, Hay RJ. Enfermedades fúngicas. En: Jean L. Bolognia, Julie V. Schaffer y Lorenzo Cerroni, editores. Dermatología 4a edición. Elsevier España; 2019. p. 1329-1332.
  • Goldstein BG, Goldstein AO. Tinea versicolor (pityriasis versicolor). In: Dellavalle RP, Levy ML, Rosen T, eds. Waltham, MA: UpToDate.: https://www.uptodate.com/contents/tinea-versicolor-pityriasis-versicolor