¿Qué es el síndrome del intestino irritable?

El síndrome del intestino irritable (SII), también conocido como colon irritable o síndrome de colon irritable, es un trastorno crónico del sistema digestivo que afecta principalmente al intestino grueso (colon). Se caracteriza por la presencia de síntomas abdominales recurrentes, como dolor o malestar abdominal, cambios en los hábitos intestinales y distensión abdominal, sin que haya una causa orgánica identificable.

Chico joven con dolor abdominal

Síntomas del intestino irritable

Los síntomas del síndrome del intestino irritable pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen dolor o cólicos abdominales, hinchazón, gases, diarrea y/o estreñimiento. Estos síntomas pueden presentarse de forma intermitente y durar varios meses, y su gravedad también puede fluctuar.

  • Estreñimiento (SII-E)

El estreñimiento se refiere a la dificultad para evacuar las heces de forma regular y satisfactoria. Las personas con estreñimiento suelen experimentar evacuaciones intestinales infrecuentes, heces duras y secas, esfuerzo excesivo durante la defecación y sensación de evacuación incompleta. Las personas con este subtipo de SII pueden tener una disminución en la frecuencia de las evacuaciones intestinales, dificultad para iniciar o completar la evacuación y heces endurecidas.

  • Diarrea SII-D

La diarrea también es un síntoma común del síndrome del intestino irritable (SII). La diarrea asociada al SII se caracteriza por evacuaciones intestinales sueltas, acuosas o frecuentes. Estas deposiciones pueden ser acompañadas de urgencia para ir al baño, sensación de evacuación incompleta y malestar abdominal. Sin embargo, en la diarrea asociada al síndrome de intestino irritable, nunca aparecerán en las deposiciones productos patológicos como sangre o moco.

  • Gases

Los gases intestinales son otro síntoma frecuente asociado al síndrome del intestino irritable (SII), lo que puede causar distensión abdominal, sensación de hinchazón y flatulencia.

El origen de los gases en el SII puede estar relacionado con varios factores, incluyendo la fermentación de ciertos alimentos en el intestino, la alteración de la microbiota intestinal y la sensibilidad exagerada del tracto gastrointestinal.

dibujo representando la microbiota intestinal alterada

Principales causas del intestino irritable

Las causas exactas del síndrome del intestino irritable (SII) aún no se comprenden completamente. Sin embargo, se cree que es un trastorno multifactorial en el que intervienen varios factores, incluyendo:

  • Alteraciones en la motilidad intestinal: Las contracciones musculares del intestino pueden ser más fuertes o débiles de lo normal en personas con SII, lo que puede provocar cambios en la velocidad y el patrón del tránsito intestinal.
  • Sensibilidad visceral aumentada: Las personas con SII pueden experimentar sensaciones incómodas o dolorosas en respuesta a estímulos que normalmente no serían dolorosos.
  • Cambios en la microbiota intestinal: La composición y el equilibrio de las bacterias que habitan en el intestino, conocidas como microbiota intestinal, pueden estar alterados en personas con SII. Esto puede tener un impacto en la función intestinal y la respuesta del sistema inmunológico.
  • Factores alimentarios: Algunos alimentos pueden desencadenar o empeorar los síntomas del SII en algunas personas. Los alimentos ricos en grasas, alimentos picantes, lácteos, cafeína, alcohol y alimentos que contienen sorbitol o fructosa pueden desencadenar los síntomas en ciertas personas.
  • Factores psicológicos y estrés: El estrés, la ansiedad y otros factores psicológicos pueden influir en el desarrollo y la exacerbación de los síntomas del SII. Si bien el estrés no causa directamente el SII, puede empeorar los síntomas en personas que ya tienen el trastorno.

Es importante destacar que estas causas pueden variar en cada individuo.

¿Cómo se diagnóstica el síndrome del intestino irritable?

El diagnóstico del síndrome del intestino irritable (SII) se basa principalmente en los síntomas característicos y en la exclusión de otras enfermedades o trastornos que puedan presentar síntomas similares. No existe una prueba específica para diagnosticar el SII, por lo que el médico realizará una evaluación exhaustiva teniendo en cuenta los antecedentes médicos, los síntomas y los resultados de los exámenes realizados.

Los pasos típicos que se siguen para el diagnóstico del SII:

1. Evaluación de los síntomas: El médico recopilará información detallada sobre los síntomas que experimenta el paciente, como el tipo de dolor o malestar abdominal, los cambios en los hábitos intestinales, la frecuencia de los síntomas y su duración. También se considerarán otros síntomas, como la presencia de distensión abdominal, gases o presencia de productos patológicos en las deposiciones como moco o sangre.

chica escuchando explicaciones del médico

2. Exclusión de otras enfermedades: Es importante descartar otras condiciones médicas que puedan tener síntomas similares al SII. Esto puede implicar realizar pruebas adicionales, como análisis de sangre, test de heces (sangre oculta y/o calprotectina), estudios de imagen (como colonoscopia) u otras pruebas específicas según los síntomas y el historial médico del paciente.

3. Cumplimiento de los criterios diagnósticos: Para hacer el diagnóstico de SII, el médico se basará en los criterios establecidos, como los “Criterios de Roma”. Estos criterios incluyen la presencia de síntomas abdominales recurrentes durante al menos 6 meses, asociados con dolor o malestar abdominal aliviable con la defecación y cambios en la frecuencia o apariencia de las deposiciones.

Otros trastornos con síntomas parecidos al del colón irritable y en qué se diferencian.

Existen varios trastornos y enfermedades que pueden presentar síntomas similares al síndrome del intestino irritable (SII).

Algunos de ellos incluyen:

  • Enfermedad inflamatoria intestinal (EII): La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son dos tipos principales de EII que pueden provocar síntomas similares como dolor abdominal, cambios en los hábitos intestinales, diarrea y malestar abdominal. Sin embargo, a diferencia del SII, la EII implica una inflamación crónica del tracto gastrointestinal y puede diagnosticarse mediante pruebas específicas, como endoscopias y pruebas de laboratorio.
  • Síndrome de malabsorción: Los trastornos de malabsorción, como la enfermedad celíaca, la intolerancia a la lactosa o la intolerancia al gluten no celíaca, pueden producir síntomas similares al SII, como diarrea, distensión abdominal y cambios en los hábitos intestinales. Estos trastornos se caracterizan por la incapacidad del intestino para absorber ciertos nutrientes adecuadamente a diferencia del síndrome de intestino irritable, en los que la absorción no se ve modificada.
  • Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO): En el SIBO, las bacterias crecen en exceso en el intestino delgado, lo que puede provocar síntomas similares al SII, como distensión abdominal, dolor y cambios en los hábitos intestinales. El SIBO puede diagnosticarse mediante pruebas de aliento o análisis de muestras de líquido intestinal.
  • Enfermedades funcionales gastrointestinales: Existen otros trastornos funcionales gastrointestinales, como la dispepsia funcional, el reflujo gastroesofágico y la gastroparesia, que pueden presentar síntomas similares al SII, como dolor abdominal, distensión y cambios en los hábitos intestinales.

Es importante destacar que estos trastornos tienen características distintivas y pueden requerir diferentes pruebas diagnósticas para su correcta caracterización.

Tratamientos para el colon irritable

El tratamiento del síndrome del intestino irritable (SII) se enfoca en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de la persona afectada. No hay una cura definitiva para el SII, pero existen varias estrategias de tratamiento que pueden ser útiles.

Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Cambios en la dieta:

Es posible que ciertos alimentos desencadenen o empeoren los síntomas del SII en algunas personas. Se recomienda llevar un diario de alimentos para identificar posibles desencadenantes y evitarlos en la medida de lo posible. Además, se puede considerar una dieta baja en FODMAP (un tipo de carbohidratos fermentables), que ha demostrado ser efectiva en algunos casos de SII.

chica comiendo bol de comida saludable
  • Manejo del estrés:

El estrés puede empeorar los síntomas del SII en muchas personas. Practicar técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o la terapia cognitivo-conductual, puede ayudar a reducir el estrés y mejorar los síntomas del SII.

  • Medicamentos:

Dependiendo de los síntomas específicos del SII el médico puede recetar medicamentos para aliviarlos. Por ejemplo, se pueden utilizar antiespasmódicos para reducir los espasmos musculares intestinales, medicamentos antidiarreicos para controlar la diarrea o laxantes suaves para tratar el estreñimiento.

Además, algunos medicamentos pueden ayudar a regular la motilidad intestinal y aliviar los síntomas generales.

  • Terapia psicológica:

En algunos casos, el SII puede estar asociado con factores psicológicos como el estrés, la ansiedad o la depresión. La terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual, puede ser beneficiosa para ayudar a manejar estos aspectos y mejorar los síntomas.

Es fundamental trabajar en estrecha colaboración con un médico para desarrollar un plan de tratamiento individualizado que se adapte a los síntomas y necesidades de cada persona. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, por lo que es importante encontrar un enfoque que sea eficaz y brinde alivio en cada caso particular.

¿Qué dieta se debe hacer para el colón irritable?

La dieta juega un papel importante en el manejo de los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII). Si bien cada individuo puede tener desencadenantes alimentarios específicos, aquí hay algunas pautas generales que pueden ayudar a aliviar los síntomas del SII:

  • Dieta baja en FODMAP: La dieta baja en FODMAP (fermentable oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides, and polyols) ha demostrado ser efectiva para aliviar los síntomas del SII en muchas personas. Los FODMAP son carbohidratos fermentables presentes en ciertos alimentos, y pueden desencadenar síntomas gastrointestinales en algunas personas sensibles. Alimentos como el trigo, la cebolla, el ajo, los lácteos, las legumbres y algunas frutas y edulcorantes contienen altos niveles de FODMAP y pueden ser reducidos o eliminados temporalmente en la dieta baja en FODMAP.
  • Fibra dietética: La fibra puede ser beneficiosa para algunos pacientes con SII, pero para otros puede empeorar los síntomas. Si el SII es predominantemente estreñimiento, es posible que aumentando el consumo de fibra gradualmente a través de alimentos como frutas, verduras, granos integrales y legumbres, mejore. Sin embargo, si se trata de un SII con predominio de diarrea, puede ser necesario limitar la fibra soluble y aumentar la fibra insoluble.
  • Evitar alimentos desencadenantes: Cada paciente puede tener alimentos específicos que desencadenen los síntomas del SII.
  • Comidas regulares y equilibradas: Mantener una rutina de comidas regular puede ser beneficioso para algunas personas con SII. Evitar saltarse comidas y comer en horarios regulares puede ser beneficioso, además de tener una dieta equilibrada que incluya proteínas, carbohidratos, grasas saludables y una variedad de frutas y verduras.
  • Hidratación adecuada: Beber suficiente agua y mantenerse hidratado es importante para el funcionamiento adecuado del sistema digestivo.

Es importante destacar que la dieta para el síndrome del intestino irritable puede ser altamente individualizada. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, por lo que es recomendable trabajar con un dietista o nutricionista especializado en el SII para desarrollar un plan de alimentación personalizado y adaptado a tus necesidades específicas.

chica en una consulta de nutricionista

Sin embargo, el manejo del SII no se limita solo a la dieta. Otros aspectos, como el manejo del estrés, la actividad física regular y el sueño adecuado, también pueden ser importantes para controlar los síntomas del SII.

Factores de riesgo del síndrome del intestino irritable

Si bien no se conocen las causas exactas del síndrome del intestino irritable (SII), existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta condición.

Estos factores incluyen:

1. Sexo: Las mujeres tienen más probabilidades de ser diagnosticadas con SII en comparación con los hombres. Sin embargo, se desconoce la razón exacta de esta diferencia.

2. Edad: El SII puede desarrollarse a cualquier edad, pero generalmente comienza en la adolescencia o en adultos jóvenes. Es menos común en adultos mayores.

3. Historial familiar: Tener antecedentes familiares de SII o trastornos relacionados, como la enfermedad inflamatoria intestinal, puede aumentar el riesgo de desarrollar SII. Esto sugiere una posible predisposición genética.

4. Factores psicológicos: El estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos psicológicos pueden estar asociados con un mayor riesgo de desarrollar SII o empeorar los síntomas en personas que ya lo tienen.

5. Infecciones gastrointestinales previas: Algunas personas desarrollan síntomas de SII después de una infección gastrointestinal, como una gastroenteritis aguda. Esta condición se conoce como "síndrome del intestino irritable postinfeccioso".

6. Sensibilidad visceral aumentada: Las personas con una mayor sensibilidad en los intestinos o en el sistema nervioso pueden tener un mayor riesgo de desarrollar SII. Esto implica una respuesta exagerada o alterada del intestino a estímulos que normalmente no causarían molestias.

Es importante tener en cuenta que estos factores de riesgo no son determinantes y no todas las personas que presentan estos factores desarrollarán SII.

¿Cuándo acudir al médico?

Si bien el síndrome del intestino irritable (SII) no es considerado una enfermedad grave, existen algunos síntomas de alarma que podrían indicar que, en realidad, se trata de otra patología, por lo que se recomienda consultar con un especialista.

Estos síntomas incluyen:

  • Pérdida de peso inexplicada: Si experimentas una pérdida de peso significativa sin haber realizado cambios en tu dieta o estilo de vida, es importante consultar a un médico.
  • Sangre en las heces: Si observas sangre en tus deposiciones, ya sea en forma de sangre roja visible o heces negras y alquitranadas, debes buscar atención médica de inmediato, ya que esto puede ser un signo de hemorragia gastrointestinal que requiere evaluación y tratamiento adecuados.
  • Síntomas nocturnos: Si experimentas síntomas graves que interrumpen tu sueño, como dolor abdominal intenso o diarrea persistente, es recomendable buscar atención médica para descartar otras afecciones, como enfermedad inflamatoria intestinal u otros trastornos gastrointestinales.
  • Cambios en los síntomas habituales: Si tus síntomas del SII cambian repentinamente en su naturaleza, intensidad o duración, o si experimentas síntomas nuevos y preocupantes, es importante buscar la evaluación de un médico para descartar otras condiciones médicas.
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