La palabra “pernio” significa sabañón, mientras que “perniosis” define al cuadro clínico conocido como sabañones, que consiste en lesiones inflamatorias, eritematosas y a menudo pruriginosas, de localización acral (manos, pies y orejas), que se desencadenan por el frío moderado.

Los sabañones se pueden clasificar en dos tipos:

  • Sabañón idiopático o común: no se encuentra asociado a ninguna enfermedad, surge de manera espontánea.
  • Sabañón secundario: su causa está asociada a otras enfermedades que padece la persona como pueden ser enfermedad celíaca, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn, leucemia mielomonocítica crónica, lupus eritematoso sistémico, etc…

¿Por qué salen sabañones en las orejas?

El mecanismo por el que aparecen sabañones sigue siendo un misterio. Su origen parte del cambio extremo del frío al calor, que provoca la vasoconstricción de los vasos sanguíneos de los dedos, provocando así una inflamación rojiza que asocia picor, manchas rojas, hinchazón, e incluso ampollas en manos, orejas y pies.

Algunos de los factores que favorecen la aparición de sabañones son:

  1. Peso bajo: personas con un peso menor al que deberían según su índice de masa corporal.
  2. Mala circulación de la sangre: personas susceptibles a tener una mala circulación se verán más afectadas por los cambios de temperatura.
  3. Mayor edad: más frecuente en personas mayores a causa del sedentarismo y la mala circulación sanguínea.
  4. Abuso de bebidas alcohólicas: el alcohol empeora la calidad de la circulación sanguínea. 
  5. Padecer enfermedad de Raynaud: este trastorno de los vasos sanguíneos afecta a la persona cuando sufren frío o estrés, por lo que quienes la padecen tienen una mayor posibilidad de sufrir sabañones.
  6. Padecer artritis reumatoide, vasculitis, trastornos autoinmunes.

Los síntomas más frecuentes que nos indican la presencia de sabañones son:

  • Zonas enrojecidas alrededor de los dedos de los pies o las manos, también en pabellón auricular.
  • Dolor e inflamación.
  • Prurito (picor) y ardor en la zona afectada.
  • Aparición de ampollas o úlceras en la piel
  • Cambios de color en la piel de rojo a azulado/violáceo.

Los sabañones suelen aparecer en los dedos de las manos y de los pies con mayor frecuencia, aunque pueden aparecer en otras zonas del cuerpo expuestas al frío, como orejas y nariz. En ocasiones pueden aparecer sabañones en zonas del cuerpo con mayor cantidad de grasa corporal, como glúteos, pantorrillas y cara externa de muslos y brazos. Si es cierto que los sabañones en las orejas son menos frecuentes, apareciendo como una inflamación rojiza o morada bastante molesta, que puede derivar en ampollas e hinchazón.

Desvelando las causas.

En los individuos que sufren sabañones la respuesta es anómala, y puede deberse a un trastorno intrínseco de la propia microcirculación, que se traduciría en una vasoconstricción prolongada de las arteriolas más grandes de la piel y una vasodilatación persistente de los vasos más pequeños y superficiales.

Lo que sí se conoce es que para que aparezcan los sabañones no se requiere la existencia de condiciones térmicas extremas, y es que la humedad parece ser uno de los factores más importantes para su formación, ya que incrementa la sensación de frío, aumentando la conductividad del aire.

Es más frecuente en los países del noroeste de Europa, donde el clima es frío y húmedo. También en profesiones que obligan a manipular alimentos fríos y húmedos o donde se tengan que calzar botas de agua, que favorecen la sudoración excesiva. Además, se ha visto que afecta en mayor medida a mujeres que a varones y que existe cierta predisposición familiar.

El diagnóstico es clínico, y deben distinguirse de otros procesos que, aunque de muy distinta índole, pueden originar lesiones similares. A veces el estudio microscópico mediante biopsia puede resultar útil. 

Sabañones: no sólo un problema humano.

Los sabañones son pápulas, placas o nódulos violáceos, de distribución bilateral y simétrica, que con frecuencia aparecen en la cara dorsal y lateral de las manos, aunque también pueden aparecer en los dedos de los pies, talones, nariz y pabellones auriculares. A veces asocian dolor, escozor o picor en las zonas afectadas, y si el daño es más intenso pueden aparecer ampollas.

Las lesiones duran algunas semanas, y es posible su aparición en brotes sucesivos a lo largo del mismo invierno. 

Son lesiones que también son frecuentes en animales, como los perros.

Sabañones en las orejas de tu perro: prevención y cuidados.

A veces también llamado eritema pernio, producen sensación de dolor y quemazón en partes del cuerpo expuestas al frío, una de las más frecuentes son las orejas, pudiendo aparecer también en las patas. A veces crean un picor intenso difícil de calmar. 

Los sabañones son difíciles de tratar y pueden reaparecer durante años. El uso de calcetines en patas y gorros puede ayudar a prevenirlos. Así como se pueden utilizar aceites de ingredientes naturales calmantes para disminuir la inflamación, que comentamos más abajo.

Remedios caseros para los sabañones en las orejas.

Externamente se pueden aplicar aceites que incluyan aceite de linaza, aceite de árbol de té, aceite de romero, aceite de tomillo, aloe vera junto con las flores de Bach. Estos componentes, y mejor una mezcla de varios de ellos, reducirá la hinchazón, aumentará la circulación y restaurará las células sanas de la piel.

Los sabañones también pueden tratarse desde el punto de vista nutricional, asegurando una ingesta equilibrada de vitaminas A, D y calcio. El aceite de hígado de bacalao, el té de diente de león y el té (o brotes) de fenogreco son algunas formas de tratar esta patología.

Tratamientos disponibles para sabañones en las orejas.

En primer lugar, estarían las medidas no farmacológicas:

  1. Protección frente al frío mediante la indumentaria adecuada y el acondicionamiento térmico de las habitaciones del hogar, lo que será determinante a la hora de reducir la frecuencia de los brotes. En las salidas al exterior utilizar guantes. Si los calcetines o los guantes se humedecen, hay que cambiarlos por unos secos.
  2. Calentar los pies y las manos progresivamente, evitando el cambio brusco de temperatura. Intentar no exponer la zona afectada directamente sobre la estufa, chimenea o calefacción; no masajear o frotar la piel.
  3. Mantener la piel hidratada, aplicando una loción o crema hidratante.
  4. Evitar el rascado de la zona afectada.
  5. Limpiar la piel afectada con un antiséptico y vendarla suavemente para prevenir roces e infecciones.

El tratamiento farmacológico es escaso y se basa, esencialmente, en la aplicación de corticoides tópicos y la administración oral de bloqueadores de los canales del calcio tipo nifedipino y felodipino. Estos fármacos son vasodilatadores potentes. 

Cuando los sabañones se observan en el contexto de una enfermedad autoinmune, el uso de los antagonistas del calcio resulta igualmente útil y constituyen la primera línea de tratamiento. Sin embargo, pueden resultar insuficientes, teniendo que añadir además los tratamientos específicos para la enfermedad concurrente.

En algunos casos está descrita la utilidad de la fototerapia con UVA-1 en el tratamiento de lesiones acrales, sin embargo, es necesario realizar más estudios para confirmarlo. Lo que sí se conoce es que la fototerapia con UVA es ineficaz en la prevención o profilaxis de la perniosis.

Guía definitiva para tratar sabañones en las orejas: ¿qué puedo hacer?

Recomendaciones y prevención.

Hay que tener en cuenta que los sabañones tienden a curarse por sí solos. A veces se precisa del tratamiento médico antes mencionado. Aun así, también hay ciertos consejos útiles para prevenirlos:

  • El principal método de prevención para no sufrir la aparición de sabañones es evitar exponerse a temperaturas bajas o cambios muy bruscos de temperatura.
  • La humedad es otro factor muy importante en la aparición de esta patología. Por eso, es fundamental mantener la piel de estas zonas limpia y seca, así como utilizar guantes o calcetines gruesos, aislantes y un calzado adecuado.
  • Si vas a permanecer en una zona fría y húmeda, utiliza ropa amplia que no comprima la circulación y que además retenga el calor corporal. Complementos como guantes y cortavientos son recomendables.
  • Existen soluciones para conservar el calor en los pies en climas muy fríos, como: cremas conservadoras de calor, parches autocalefactables para manos y pies, o plantillas y calcetines calefactables con batería.
  • Evitar el consumo de alcohol, que puede ser un predisponente, ya que empeora la circulación sanguínea.
  • Evitar el consumo de tabaco, que es perjudicial en enfermedades vasculares, ya que la nicotina provoca vasoconstricción de los vasos dificultando la cicatrización de heridas.
  • Realizar ejercicio físico para mejorar la circulación sanguínea.
  • Seguir una dieta rica en alimentos ricos en calcio y vitaminas A, C y D.
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