Si hace un tiempo os hablábamos de los tipos de nanopartículas y sus propiedades, hoy volvemos a hablar de cosas pequeñitas. Lo hacemos para contaros todo lo que sabemos acerca de la nanotecnología, una disciplina que llega pisando fuerte y que promete cambiar el mundo tal y como lo conocemos a día de hoy. En el post de hoy no solo hablaremos de qué es la nanotecnología, sino que veremos sus principales aplicaciones en medicina, o cuáles se esperan a medio plazo. La verdad es que poder hablar sobre un tema que está tan vivo siempre es una gran oportunidad.

Y es que no, no nos limitaremos a comentar un nuevo avance tecnológico. Os contaremos con detalle contra qué enfermedades está utilizándose ya la tecnología a nanoescala, sí, pero también fantasearemos un poco con qué tipo de cosas podemos esperar de ella de aquí a unos años. No queremos haceros ningún spoiler, pero es probable que, gracias a la nanotecnología, nuestra generación sea la primera en sobrevivir a terribles males que llevan azotando a nuestra especie desde el principio de los tiempos.

Habrá quien opina que, si aún no tiene decidido si se dejará o no poner la vacuna contra el coronavirus, mucho menos está dispuesto a introducir en su cuerpo un ejército de nanopartículas, ¿verdad? Puede que al final de la entrada de hoy cambie de opinión, pero como no lo sabremos hasta que no la leáis… ¿qué tal si lo hablamos en los comentarios? Bienvenidos al maravilloso mundo de la nanotecnología, el avance que cambiará el mundo tal y como lo conocemos.

¿Qué es la nanotecnología?

Si nos vamos al significado de la palabra como tal, la nanotecnología viene a ser tecnología muy, muy pequeña. Para que os hagáis una idea, el prefijo nano- significa que estamos hablando de la milmillonésima parte de una unidad. ¿Más claro aún? Si fuésemos capaces de hacer una magdalena mil millones de veces más pequeña que las habituales, tendríamos una nanomagdalena. Imposible, ¿verdad? Pues el ser humano no solo ha conseguido manipular materias así de pequeñas, sino que ya es capaz de construir artefactos tecnológicos con ella. Y mejor aún, de conseguir que sus resultados sean igual de pequeños.

¿Y para qué queremos artilugios tan pequeños que el ojo humano es imposible de ver? Pues, aunque no os lo creáis, sus aplicaciones son muchas, y muy variadas. Por ejemplo, el mundo de la medicina lleva años esperando a la nanotecnología como agua de mayo. De hecho, el contar con máquinas de esos tamaños va a cambiarnos la vida, pero esto lo veremos un poco más adelante en este mismo post. De momento, lo que debemos saber es que esta tecnología a nanoescala lleva años siendo la gran esperanza de los países desarrollados. Tanto que, que sepamos, solamente entre EE.UU, la Unión Europea y Japón, se han gastado ya en torno a 6.000 millones de dólares en desarrollarla. O al menos eso es lo que han reconocido, así que es probable que sea mucho más.

La nanotecnología no solo es capaz de crear nuevos materiales y dispositivos. Se ha demostrado que los materiales que ya conocemos, a esas escalas, pueden cambiar sus propiedades por completo. Es decir, aunque empezamos a ver las aplicaciones de esta tecnología en miniatura, las posibilidades podrían ser infinitas. Así las cosas, ¿os animáis a seguir leyendo? ¡Tenemos mucho que contaros!

Nanotecnología y nanociencia

Aunque hay quien piensa que nanotecnología y nanociencia son el mismo concepto, en realidad son muy distintos. Como ya hemos dicho, la nanotecnología se dedica a estudiar, diseñar y desarrollar elementos a nanoescala completamente funcionales. El futuro próximo para por la utilización de elementos mecánicos que funcionarán y nos solucionarán la vida sin que seamos capaces de percibirlo por nuestros propios medios. Hasta aquí todo bien, pero entonces… ¿qué es la nanociencia? ¡Aquí es donde viene el quid de la cuestión! Podría parecer que los dos términos se refieren a lo mismo, pero en realidad son bastante diferentes.

La nanociencia es la disciplina que se dedica a estudiar los fenómenos físicos, químicos y biológicos que ocurren a escala nanométrica. No se dedica para nada al desarrollo y creación de nanotecnología, ni siquiera al estudio de los cambios de las propiedades de los materiales antes mencionado. La nanociencia se limita a estudiar las interacciones que se producen en ese particular mundo en miniatura y, ojo, esto también tiene su importancia. Por fortuna, y un poco también por necesidad, el desarrollo de la nanotecnología ha dado como resultado la producción de infinidad de herramientas y dispositivos que, a su vez, han permitido crecer a la nanociencia.

Para que nos quede del todo claro, en dos frasecitas ‘cortitas y al pie’, aquí os dejamos la relación entre nanotecnología y nanociencia, ¡para que no se os olvide nunca!

  • La nanociencia es la disciplina que estudia las interacciones entre los cuerpos en sistemas extremadamente pequeños. Es decir, busca saber qué pasa a esas escalas.
  • Por su parte, la nanotecnología va directamente al grano; es decir, busca manipular y controlar esos dichos sistemas con elementos fabricados por el ser humano.

Nanotecnología y sus aplicaciones en medicina

Hablar de nanotecnología es hablar de muchas cosas, pero nosotros, obviamente, nos centraremos en la nanotecnología en la medicina. Cierto, hay quien se centra más en aplicaciones como las militares (que, por otro lado, son en las que más invierten las distintas naciones). Qué demonios, hay quien asegura incluso que la nanotecnología podría provocar el fin del mundo, y es que… ¿Os imagináis miles de maquinitas microscópicas entrando en un cuerpo humano para acabar con él desde dentro? Sí, no es una idea muy agradable, por eso hoy te hablaremos de aplicaciones de la nanotecnología que nos salvarán la vida a no muy tardar.

Del mismo modo que podrían hacer mucho mal, los elementos nanotecnológicos, bien utilizados, pueden ser una auténtica garantía de supervivencia. Un buen ejemplo de ello son los órganos artificiales, ¿os imagináis no teniendo que depender nunca más de un trasplante de otra persona? ¡Cómo cambiaría el cuento! Otro ejemplo, este más presente aún para la mayoría, es la lucha contra los virus como el SARS-Cov-2, el que provoca la temida Covid-19. La nanotecnología es capaz de manejar células, e incluso de manipular virus. Muy pronto ni siquiera necesitaremos vacunas, ¡bastará con un ejército de nanobichitos que luche por nosotros!

Eso sí, más allá de lo que viviremos en unos pocos años, conviene saber qué tipo de cosas son ya una realidad. Aplicaciones de la nanotecnología en medicina gracias a las que podemos conseguir cosas que hasta hace bien poco eran inimaginables. ¿Imagináis cómo puede ayudarnos esta disciplina en la lucha contra males como el cáncer o el alzhéimer? ¿No? Pues muy atentos, ¡que os lo contamos con todo lujo de detalle!

Nanotecnología contra el cáncer

Se trata, sin lugar a dudas, de una de las enfermedades que más respeto nos dan. Porque lo hay de muchos tipos, afecta de distintas maneras… y porque quién más quién menos, todo el mundo conoce a alguien que ha fallecido por culpa del cáncer. De ahí que el hecho de que la nanotecnología sea una de las vías de la futura lucha contra el cáncer sea una gratísima noticia. Eso sí, ¿cómo puede ayudar la tecnología a nanoescala en la lucha contra una enfermedad tan terrible?

Uno de los grandes ‘peros’ de las terapias de nanotecnología contra el cáncer es que son demasiado genéricas. Se necesita una mayor personalización y, ya que estamos, una menor toxicidad en elementos como la radioterapia o la quimioterapia. Ya hemos hablado de tecnologías como la terapia de protones, mucho menos invasiva, pero la nanotecnología supone un avance aún más beneficioso para nuestra salud. Que sepamos, ya existen nanotransportadores capaces de llevar los fármacos poco solubles hasta el sitio exacto en el que deben actuar.

De este modo, medicamentos que no suelen poder utilizarse debido a su naturaleza son llevados exactamente hasta la zona en la que más se necesitan. Si la terapia de protones es más efectiva porque afecta, desde el exterior, a una zona mejor delimitada, esto es como ir al centro del incendio y soltar allí toneladas y toneladas de agua de golpe. Sí, la nanotecnología es útil contra el cáncer, pero aún hay más males contra los que puede ayudarnos muchísimo, ¿os parece que sigamos viéndolo?

Nanotecnología contra el alzheimer

Si duro es luchar contra el cáncer, más duro aún debe ser empezar a ser consciente de que tus recuerdos se están apagando. Lo único de este mundo que es realmente nuestro, más allá de lo que podamos llegar a comprar a lo largo de toda una vida, son nuestras vivencias. Nuestros recuerdos son los que nos definen como personas, de ahí que el mal de Alzheimer sea una de las enfermedades a las que más miedo le tenemos. Sobre todo porque, por desgracia, aún no se conoce cura alguna contra la degeneración de todo el sistema neuronal.

Hasta ahora, los fármacos que mejor habían demostrado funcionar contra el alzhéimer tenían un problema enorme. Al igual que los de la lucha contra el cáncer, son poco solubles. Esto hace que les resulte tremendamente complicado atravesar la barrera hemato-encefálica, que es donde más bien pueden hacer. Y precisamente ahí es donde entra en acción la nanotecnología. Del mismo modo que hacen en la lucha contra el cáncer, los nanotransportadores llevan la medicación exactamente hasta donde deben llevarla para que actúe de la forma más eficaz posible.

No sabemos cuánto se tardará en dar con una solución definitiva contra ‘ese maldito alemán que te esconde el mando de la tele’, pero algo sí que tenemos claro. Llegará hasta su destino al volante un elemento nanotecnológico especialmente diseñado para ello. La nanotecnología ha llegado para quedarse, y lo hará porque es realmente eficaz. ¿Os acordáis de los L-Casei Inmunitas de cierta bebida láctea? Pues no sabemos si funcionan de verdad o no, ¡pero seguro que a bordo de una de estas maravillas, algo más hacían!

Nanotecnología en la lucha contra el SIDA

Nos alucina que se hayan encontrado varias vacunas contra la Covid-19 en tiempo récord cuando llevamos décadas sin ser capaces de doblegar a un virus como el VIH. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida sigue siendo una de las amenazas contra nuestra salud más temibles. Cierto, ya existen varios casos en el mundo de personas que han conseguido superar esta afección, y es de esperar que la cosa vaya a más. Pero todos los pasos que se dan son cortos y, sobre todo, lentos. Por eso, saber que la nanotecnología puede hacer algo por los enfermos de sida vuelve a ser una gran noticia. Y lo cierto es que existen varias vías.

  • La primera de ellas, como en los casos anteriores, los nanotransportadores para llevar los fármacos hasta lugares en los que son tremendamente eficaces.
  • Después, nanotecnología de liberación controlada, que alarga la vida de los fármacos, suministrándolos al ritmo justo que sea necesario.
  • Y, para terminar, una opción que aún no es viable, pero que sería la bomba. Al parecer, hay teóricos que aseguran que, con la ayuda de la nanotecnología, podría llegar a ‘silenciarse’ el gen que permite replicarse al virus del sida. ¿Cómo? Pues insertando un gen que genere una interferencia en dicho proceso.

Es alucinante pensar que algo tan pequeñito pueda hacernos tanto bien. Ojalá este tipo de soluciones hubiesen llegado mucho antes, se habrían salvado infinidad de vidas. Eso sí, lo que conviene ahora es que se afine la técnica para que todos estos avances lleguen cuanto antes a la sanidad. ¿Lo mejor de todo? Que la nanotecnología y sus aplicaciones en medicina irán aumentando con el tiempo, por lo que cada vez habrá más y más opciones con las que doblegar a las peores enfermedades a las que nos hayamos enfrentado.

La nanotecnología en España

Habrá a quien le cueste creérselo, pero si hace poco os contábamos que la red de "biobancos" española es envidiada en el mundo entero, hoy nos toca deciros que, poco a poco, en nuestro país empieza a respirarse nanotecnología. Por desgracia, tal y como os decíamos antes, las relativas a la salud no suelen ser la prioridad de ninguna nación a la hora de dedicar fondos a investigación. En España concretamente, el mayor interés acerca de la tecnología parece girar en torno a sectores como la automoción, la defensa, los nuevos materiales o la electrónica.

Por eso, si no queremos quedarnos atrás, no nos queda otra que ponernos las pilas con la nanotecnología también en lo sanitario. Y ojo, que no solo el ente público ha decidido empezar a investigar sobre la materia. Cada vez son más las empresas que ven en esta ciencia una inversión de futuro a medio plazo, y por eso está empezándose a pujar fuerte por ello.

Para sumergirse en el mundo de la nanotecnología hay que tener los medios, el conocimiento y la iniciativa. Por eso conviene saber qué tipo de organismos están dedicándose a ello en la actualidad, ¡solo así sabremos si hay alguna posibilidad de convertirnos en una potencia mundial también en esta disciplina!

  • Instituciones públicas de I+D
  • Empresas privadas
  • Grupos de investigación (más de 450 por todo el territorio nacional).

Tal y como os decíamos, la nanotecnología va adquiriendo cada vez más importancia entre la comunidad científica española. De hecho, puede que uno de los próximos avances determinantes en este terreno sea nuestro, ¿por qué no? ¡Tenemos a algunas de las mentes más brillantes del mundo!

Problemas de la nanotecnología en España

Cada vez son más los estudios que se centran en la proliferación de este tipo de nanotecnología, pero no es menos cierto que nuestro país presenta ciertos problemas a la hora de ser pionero en este tipo de aventuras.

  • Para empezar, se necesitan más fuentes de financiación. Para acceder a las mejores instalaciones, sí, pero también para mantener a quienes llevan a cabo las investigaciones. Al igual que ocurre con los sanitarios, los científicos españoles encuentran muchas mejores condiciones laborales fuera de nuestras fronteras. Así, por muy patriota que se sea, al final se termina donde más le cuidan a uno, ¿verdad? ¡Pues hay que estar vivos con esto!
  • ¿Qué pasa con los científicos que están por venir? Por desgracia, cada vez son menos los jóvenes que deciden iniciarse en carreras científicas. De ahí la necesidad de incentivarles en etapas tempranas de la educación. Y no ya por la nanotecnología, sino por todo lo que está por venir y que no podemos permitirnos dejar pasar.
  • Aunque la mejora de las instalaciones científicas podría caber en el primer apartado, el de las fuentes de financiación, nos parece lo suficiente importante como para ponerlo aparte. De nada serviría tener científicos, y bien pagados, si no tienen lo mejor para poder trabajar. De lo que les pongamos en las manos dependerán los resultados que obtengan.

A la nanotecnología en España aún le queda muchísimo recorrido, pero los primeros pasos serán importantísimos para que los demás resulten exitosos. Como suele decirse… ¡toca ir sin prisa, pero sin pausa!

Cómo la nanotecnología cambiará nuestras vidas

El hecho de padecer una enfermedad y poder erradicarla en tan solo unas cuantas sesiones gracias a la nanotecnología cambiará por completo la concepción que tenemos de la vida. Se acabará la incertidumbre, dejará de haber palabras tabú y dejaremos de despedirnos de nuestros seres queridos antes de tiempo. De momento, la nanotecnología no nos dará la eterna juventud (de momento), pero sí que nos ayudará enormemente a disfrutar de una madurez mucho más saludable. Si no tenemos por qué temer a virus ni tumores, sean cuales sean sus composiciones, las cosas se simplificarán muchísimo.

Eso sí, aunque hemos centrado casi toda nuestra exposición en que la nanotecnología engloba a muchísimas cosas pequeñas, también hemos mencionado algo sobre los cambios en las propiedades de los materiales, ¿verdad? Pues esto, que directamente no tendría por qué tener que ver con la salud, también influirá muy positivamente en nuestras vidas. ¿Os imagináis una ventana transparente que se vuelva opaca cuando el sol incida directamente sobre ella? Pues dejad de imaginar, porque ya existe, ¡y no es más que una muestra de todo lo que está por venir!

Las cualidades de los materiales, en tamaños tan pequeños como los de la nanotecnología, cambian. Así, un material que nosotros conocemos en estado sólido, puede convertirse en líquido, ¡y viceversa! Son precisamente este tipo de características las que podrían convertir en realmente indispensable lo nanotecnológico, y muchas de ellas podrán aplicarse sin problema al mundo de la medicina. Con la nanotecnología, nos encontramos ante lo que muchos calificarían (de hecho, ya lo hacen) como una ‘nueva revolución industrial’. Está claro que muchas de las normas del juego cambiarán, pero si es a mejor que vengan todos los cambios que haga falta. No los veremos, ¡pero os aseguramos que los notaremos desde el minuto uno!